Ayer cayó el último puente; ayer descubrí que has bloqueado el envío de mensajes privados por esa red social, camino por el cual sólo te enviaba vídeos graciosos o simpáticos y al que nunca me respondiste. Lo hacía por tradición; pensaba que no los veías, que no te llegaban, que te daban igual... Por eso lo seguía haciendo, porque creía que no había mal en ello, hasta que me encontré el bloqueo.
Hoy, 29 de octubre de 2023, ya este blog cambia también, aunque seguirá existiendo. Anoche me despedí de ti; desde hoy, en este blog ya no habrá imágenes y todas las letras serán de color negro (antes ponía ese color morado purpúreo porque, al menos durante un tiempo, era tu color favorito).
El sentido de desahogo de este blog no va a variar: seguirá siendo para desearte todo lo mejor en el futuro; para hablar de pasado, sin datos concretos; y para algún comentario presente, de algo que me llegue o que quiera expresar. Sin más. Escribir es relajante y ya es sólo lo que me queda.
Que Dios os guarde y proteja a todos los tuyos y a ti, María Tengoku, bendita seas siempre.