lunes, 2 de junio de 2025

Dios te bendiga

A pesar de mi confianza en Dios, a pesar de mis oraciones, de mis esfuerzos, no pudo ser. Allí estabas tú. Y ya estaba avisado de que estuviste por la mañana; para mí, algo de tranquilidad hubiese supuesto lo contrario: si no estuviste por la mañana allí, se podría suponer que no estabas por aquí y que tampoco estarías por la tarde. Cuando me dijeron que estuviste por la mañana, el porcentaje de que estuvieras por la tarde pasó del 50% al 70 o al 80.

Sólo te miré fugazmente un par de veces. Y después, me llegó una foto que no hice. Es increíble cómo mis ojos te ven más guapa de lo que eres en verdad. Contigo funciona mal mi vista, mi mente y, por supuesto, mi corazón. Pero aún me ha matado más ese gesto con el que apareces en la fotografía. Siempre renegaste de la maternidad, siempre te lo escuché, y ver tu mano, abierta, puesta en tu vientre, medio acariciándolo, medio protegiéndolo, ha sido muy estremecedor para mi.

Escribo esto al mediodía siguiente y no sé cuántas veces me habré dicho para mí mismo: Que seas muy feliz, que tu pareja y tú seáis muy felices, que te vaya muy bien, que estés muy bien, que todo te salga muy bien. Porque yo ya sé que no puedo hacer algo, salvo escribir aquí. Que Dios te bendiga, María Tengoku, que te proteja, te guarde y cuide.

Dios te bendiga

A pesar de mi confianza en Dios, a pesar de mis oraciones, de mis esfuerzos, no pudo ser. Allí estabas tú. Y ya estaba avisado de que estuvi...