domingo, 8 de octubre de 2023

Dios ha estado conmigo y estoy alegre

Hoy domingo no pude llegar antes; hoy domingo tenía tareas ineludibles. Pero además, tenía que entregar un sobre, tenía que ir y entrar. Además, cuando ya había salido la mayoría de la gente, por la única entrada disponible, en el momento en que sueles salir tú. No esperé en ningún momento, aunque sí me encontré a cuatro personas, dos matrimonios, que me entretuvieron un minuto. El minuto justo, para no coincidir contigo, para evitarte que tuvieras que mirar para otro lado o mostrarme un gesto de indiferencia, o evitar hacerte sentir incómoda.

Sin embargo, el minuto para yo verte, para saber que hoy, por primera vez en este curso, sí estabas ahí. Para, en este día caluroso, verte salir con esa camiseta negra sin mangas, pantalones vaqueros y zapatillas amarillas (o color homologable). El minuto justo para ver marchar tu hermosura, cruzar el paso de cebra y marchar andando por la avenida y poderlo ver desde mi perspectiva, en este caso, totalmente en el frente, aunque, a través de los árboles. No importaba el tiempo que yo perdiera en esa situación; lo importante era poder contemplarte en esos momentos. Me daba igual el mundo; aunque fuese de lejos, sin poder acercarme a ti, lo importante eres tú.

Yo no sabía si tú estabas o no; yo tenía que entrar hasta el fondo del edificio, y ni pude llegar antes, ni podía tardar en hacerlo más. Dios quiso que parara ese minuto para no coincidir contigo, Dios ha estado grande conmigo y estoy alegre. Bendito sea Dios, bendita seas tú, María Tengoku.

Dios te bendiga

A pesar de mi confianza en Dios, a pesar de mis oraciones, de mis esfuerzos, no pudo ser. Allí estabas tú. Y ya estaba avisado de que estuvi...