Bendita sea la arena, que tiene la suerte de ser pisada por ti, María.
Bendito sea el cielo, que tiene la suerte de ser mirado por ti, María.
Bendito sea el mar, que tiene la suerte de que lo puedas mirar de frente, María.
Bendita seas siempre, María, que te vaya muy bien en la vida, como imagino que lo habrás pasado en ese tiempo en esa playa.
Y ya que no soy yo, bendita sea la persona que tiene la suerte de poder estar contigo, de poder compartir vida y tiempo contigo, María.