martes, 8 de agosto de 2023

Aquella única cita...


Si alguna vez he salido contigo, de una forma similar a una cita, tuvo que ser aquel viernes 8 de agosto de 2008. ¿Cómo no? Una fecha mágica para ello: 8-8-08.

Tan en serio te lo tomaste, que hasta te buscaste una carabina para evitarte malas consecuencias... ¿Conmigo? 😂😂😂 Siempre me he sentido muy honrado por ese hecho: Que te buscaras a alguien para protegerte de mí. Ninguna otra ha tenido ese gesto tan bonito conmigo, porque a ninguna otra le he preocupado lo más mínimo; a ti, por lo que pareció, sí.😂😂😂 Pero era y soy un ser empático; antes de que otra persona sufra por mí, sufro yo por ella, no puedo hacerle daño a nadie. Otra cosa es que me hagan sufrir a mí; como cualquier otra persona, me defiendo. Pero tú, María Tengoku, no me has hecho sufrir nunca; sólo me has hecho sentir la belleza de la vida.

Hace 15 años y aún recuerdo verte subir por la acera de aquella avenida, a mi encuentro. Con ese aspecto tan contrario a una persona que está en la playa; hasta con botas y todo. Y sin embargo, seguías estando hermosa, porque la hermosura de tu alma y de tu corazón te hacen resplandecer por encima de las circunstancias. Casi una hora hablando en aquella acera, comentando aconteceres de la vida, de otras personas y de actos y gestos. Alguna sonrisa por tu parte; algo siempre maravilloso. Y aceptaste cenar conmigo, tras la charla que yo iba a dar.

No me importó que después estuvieras con carabina; no me importó la compañía, porque así podía estar contigo, que es lo que quería y lo que quiero aun en el presente. Poder seguir sintiendo lo hermosa que es la vida, por estar cerca de ti, por esa hermosura que hay en todo lo que vives, en todo lo que haces, en todo lo que sientes, en cómo actúas en cada cosa, en cómo lo entiendes, en cómo te expresas, en cómo te mueves, en todo.

Disfruté paseando contigo por aquel mercadillo, por aquellas plazas y calles. Me encantó ver tu mirada curiosa con los objetos de los puestos; disfruté viéndote contemplar los fuegos artificiales. Y luego, comimos, y tu carabina te ayudó a hacerte reír y disfrutar; y yo disfrutaba mientras contemplaba todo aquello, porque eras tú, porque yo estaba contigo, porque estaba cerca de ti, porque podía sentirte.

Llegó la hora en que tuve que despedirme; una vez más, sentí el dolor de tener que perderte de vista. Aún recuerdo, como desde el coche, aproveché hasta el último segundo que pude para verte. Y también la última foto que nos hicimos juntos es de esa noche, de hace quince años.

Si una vez en mi vida he tenido una cita, si una vez en mi vida he estado con una mujer, si una vez me he sentido acompañado y estar acompañando por una muchacha, fue aquella tarde noche del 8 de agosto de 2008. Muchas gracias, María Tengoku, por aquel bonito regalo, que Dios guarde y cuide a todos los tuyos y a ti, bendita seas siempre.

Dios te bendiga

A pesar de mi confianza en Dios, a pesar de mis oraciones, de mis esfuerzos, no pudo ser. Allí estabas tú. Y ya estaba avisado de que estuvi...