Ya me quedaré sin saber por qué te agarraste a mi cintura aquel 19 de junio de 2008, ya me quedaré sin saber por qué fuiste a darme un beso en la mejilla aquel 5 de abril de 2019, ya me quedaré sin saber por qué me escribiste aquel correo electrónico de 15 de enero de 2021... Ya me quedaré sin saber por qué únicamente he visto tus ojos en mi vida; ya me quedaré sin saber por qué la única sonrisa que me gusta ver es la tuya.
Aunque en este día sea tu santo, María Tengoku, desde hace unas semanas, me ronda la pregunta: ¿Qué te hemos hecho, María? O cómo es que te hemos hecho tantísimo daño y me incluyo, sí, porque soy consciente de mis muchos fallos y errores contigo. No sé cuánto daño te he hecho, en verdad que no lo sé. Hasta este 2023, tú eras la única con motivos para odiarme y no lo hiciste; ahora, no sé si me odias, pero sí tengo claro que me desprecias, me ignoras, me haces el vacío total... Y verdaderamente, no sé muy bien por qué.
¿Qué te hemos hecho, María Tengoku? Ojalá que, a pesar de todo, tengas muy feliz día de tu santo, que lo pases muy bien y sea un día muy fructífero para ti. Que Dios guarde y cuide a todos los tuyos y a ti, María Tengoku, bendita seas siempre.