Espero, confío y deseo que seas más feliz sin mí en tu vida; que te vaya mejor, que disfrutes más, que te sientas más a gusto, o que te hayas quitado del problema que yo te suponía... Porque sí, pienso que yo te suponía un problema, cuando se te agotó el cariño o el aprecio que me escribiste sentir por mí. Se te acabaron las buenas sensaciones, o buenos recuerdos, o lo que fuese, que yo te llevaba. Y por todos los motivos que sea, aquello se convirtió en algo negativo. Si al yo desaparecer de tu vida, a ti se te ha pasado todo eso malo, pues me alegro por ti. Por mí, obviamente, no, la tristeza se ha hecho fuerte y, probablemente, ya duradera.
Que Dios guarde y cuide de todos los tuyos, María, me alegra haberte podido ver en un vídeo de este sábado, aunque sea de espaldas, pero muy fácilmente reconocible, y del que me he guardado dos fotos con fecha 2 de diciembre. Bendita seas siempre.