16 de años de aquel 6 de junio... Por una mala mirada mía, saliste huyendo cual corderito asustado; yo sólo te miré mal, porque me había enamorado de ti, porque era consciente del mayor imposible amor de toda mi vida y eras tú la que me habías enamorado. Por primera vez, un amor que había surgido en mí, no era por mi culpa, pero la dificultad de este amor superaba con creces a todo lo vivido anteriormente. Una mala mirada mía y saliste huyendo.
Y sabía adónde ibas, y te adelanté con mi coche, y te esperé en aquella acera, y te vi venir, y me dirigí de frente hacia ti, andando, y la persona con la que ibas te dijo: "Mira..." (con mi nombre, en referencia a mí), e hiciste lo que nadie más ha hecho en mi vida: apretaste a correr hacia mí... Para abrazarme, para poder abrazarte.
16 años y como si fuera ayer, no puedo seguir escribiendo.