Esta tarde no pude resistir esa pequeña tentación de pasar cerca de tu casa, de sentir la hermosura de pasar cerca de algo tan vinculado a ti. Pasé por detrás, por el camino del parque de la barriada. Todo cerrado, como es natural en estas fechas, y con esa tranquilidad de que no hay nadie a la vista por ninguna parte. Había quedado con unos familiares que acompañaban a su madre, que vive en una residencia cercana; y estar allí, tan cerca, me provocó esa tentación, esa necesidad, por la que, ya que no te puedo sentir a ti, siento algo tuyo, revivo ese pasado que ya nunca volverá. Sólo fueron unos minutos, aun con la tranquilidad de saber que no hay nadie, tampoco es conveniente arriesgarse, pero es una experiencia tan bonita y agradable. En estos últimos doce años, creo que es la tercera vez que he hecho algo así. Quizá haya sido la última, probablemente, pero mereció la pena caer en esa pequeña tentación. Que Dios te bendiga, guarde y cuide siempre, María.
Dios te bendiga
A pesar de mi confianza en Dios, a pesar de mis oraciones, de mis esfuerzos, no pudo ser. Allí estabas tú. Y ya estaba avisado de que estuvi...

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Ayer me equivoqué en algo que escribí, me doy cuenta, pues no es verdad que "el sentimiento de agradecimiento impera en mí", no,...
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Muchas gracias por el bien escaso de compartir una foto tuya, en el tiempo presente; la acabo de ver y dentro de unas 22 horas desaparecerá....
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Cuando termine de escribir este texto, serán algo más de las dos de la mañana, de la noche del sábado al domingo. Y me sigo imaginando que e...