lunes, 2 de junio de 2025

Dios te bendiga

A pesar de mi confianza en Dios, a pesar de mis oraciones, de mis esfuerzos, no pudo ser. Allí estabas tú. Y ya estaba avisado de que estuviste por la mañana; para mí, algo de tranquilidad hubiese supuesto lo contrario: si no estuviste por la mañana allí, se podría suponer que no estabas por aquí y que tampoco estarías por la tarde. Cuando me dijeron que estuviste por la mañana, el porcentaje de que estuvieras por la tarde pasó del 50% al 70 o al 80.

Sólo te miré fugazmente un par de veces. Y después, me llegó una foto que no hice. Es increíble cómo mis ojos te ven más guapa de lo que eres en verdad. Contigo funciona mal mi vista, mi mente y, por supuesto, mi corazón. Pero aún me ha matado más ese gesto con el que apareces en la fotografía. Siempre renegaste de la maternidad, siempre te lo escuché, y ver tu mano, abierta, puesta en tu vientre, medio acariciándolo, medio protegiéndolo, ha sido muy estremecedor para mi.

Escribo esto al mediodía siguiente y no sé cuántas veces me habré dicho para mí mismo: Que seas muy feliz, que tu pareja y tú seáis muy felices, que te vaya muy bien, que estés muy bien, que todo te salga muy bien. Porque yo ya sé que no puedo hacer algo, salvo escribir aquí. Que Dios te bendiga, María Tengoku, que te proteja, te guarde y cuide.

sábado, 31 de mayo de 2025

Pongo mi confianza en Dios

Pongo mi confianza en Dios para que esta tarde de domingo 1 de junio, no estés en el templo. Ya bastante tengo con la misión que tengo, como para tener que estar preocupado por verte o por tener que agachar los ojos y mi cabeza porque estés tú por allí. Espero que se cumplan las previsiones que hay en tu grupo de pocas personas... Curiosamente, me he encontrado con Manoli en estos días previos... Y sólo tenga que ocuparme de mi misión, que ya es bastante tensión.

Espero, confío, deseo que estés en otro lugar, que estés contenta, alegre y feliz, pasándolo bien y disfrutando mucho, pero en otro lugar. Que Dios te guarde y cuide, María Tengoku. 

viernes, 16 de mayo de 2025

Esa persona a la que solo vas a ver una vez...

Hoy te escribo a la vez que contemplo tu foto de perfil en la red social que tengo más a mano. Es curioso cómo tu genética parece que quiere encontrarse conmigo en el mes de mayo. Este 25 hará un mes que no te veo en persona.

Y hoy, sin embargo, estando en familia, entro para coger unos vasos de agua y veo justo al lado de la jarra a esa pequeña parte de ti, junto a su padre, a un metro, hablando con alguien de la instalación hostelera. Es lógico, soy yo quien está en su barrio, aunque también es mucha la casualidad, mucho el azar, pues yo apenas voy por ahí.

Me volví a la mesa, a esperar a que salieran de allí. Curiosamente, su mesa, estaba a cinco o seis metros de la nuestra. Yo no los había visto antes. Pero eso sí, la peque, jugando con otra peque, estuvo por unos instantes a un metro de mí. Yo sí sé quién es ella, ella no sabe quién soy yo y tampoco tiene edad para que le afecte, lo suyo tiene que ser jugar.

Pero se me han venido a la mente los pensamientos de 2023: "nunca conoceré a esa personita, a la que sólo la vi en fotos", tus fotos, María Tengoku. Hoy no es que la haya conocido, pero sí que la he tenido muy cerca, teniendo muy claro quién es, porque sus padres estaba un poco más allá de ella.

Que Dios te bendiga y guarde siempre, María Tengoku.

sábado, 26 de abril de 2025

Domingo, 27 de abril...

Domingo, 27 de abril, de 2025, primero de Pascua. Es difícil encontrar alguna otra hora que me cambiase tanto la vida como la de aquel domingo, 27 de abril, de 2008, Domingo de Resurrección.

Ninguno de los dos teníamos que estar allí. Y tú te sentaste al lado mía. Y yo te sentí como nunca te había sentido como nunca antes. Quizá el ambiente me hizo un efecto que me fue imposible resistir, tanto que me rendí para siempre, que no pude más. Que no pude dejarte marchar, sin que me dieras aunque fuera un beso de despedida en las mejillas. Lo que fuera, por tenerte un instante más.

Ni antes, ni después, he vivido algo tan intenso como ese momento, en que mi mano derecha actuó inconscientemente, para no dejarte marchar, para pedirte un instante más. Aun me veo, mirando aquella puerta, perplejo, sin entender lo que había pasado, tratando de comprender cómo mi mano actuó sin una orden cerebral clara, sino por impulso, por instinto. Y me di cuenta de que me había enamorado, por última vez en mi vida, porque ya son 17 años y este sentimiento nunca ha podido se ha reactivado con otra mujer, sólo contigo. Únicamente contigo.

Que estés muy bien, María Tengoku, que Dios te bendiga, guarde y cuide.

Otra de esas casualidades...

En este día 26, entre el 24 y el 27 de este mes, tengo la casualidad de ver a tus progenitores. Hacía tiempo que no pasaba, la verdad, pero lo que suelo pensar es a cuánta gente he perdido en mi vida, que no viven tan lejos, pero que nunca veo y, sin embargo, qué curioso que, de vez en cuando, me encuentre a tus progenitores. Y no es que yo haga por encontrármelos, solo es cierto que sí que paso por tu enorme y grandísimo término municipal, que a veces parece pequeño.

Tengo claro que habían salido a pasear, por la calle, paralela a la avenida que, pienso, no les gustará transitar. Iban dirección a una urbanización, por la que yo mismo transité andando esta mañana. No sé si llegarían a entrar por allí, pero lo que sí es cierto es que los vi y los reconocí claramente desde mi coche, que no creo que ellos me viesen (iban por la acera contraria), y que, bueno, pues una vez más que los he visto, aunque, eso sí, gracias a Dios, hoy no es 24, ni 27.

Espero que tú, donde estuvieras hoy, hayas estado disfrutando mucho y bien, con alguna celebración tardía, o con buen momento compartido con seres queridos tuyos. Que Dios te bendiga, te guarde y cuide, María Tengoku.

Eso sí, estas casualidades ya sólo tienen el único efecto de querer escribirlas aquí, nada más, pues nada más hay para mí.

miércoles, 23 de abril de 2025

Felicidades, muchas felicidades

Que seas muy feliz en este día con quien lo compartas, que te lo pases muy bien y lo disfrutes, y que sea así todo el año. Espero y deseo que, como en otras ocasiones que he conocido, lo celebres varios días en el mes y en todas te sientas muy a gusto con quienes estés.

Que Dios te bendiga, guarde y cuide, María Tengoku. 

martes, 15 de abril de 2025

15 de abril

Hoy fue un día especial. Hace 17 años, me contabas tu primer día como parte del coro. Me contaste cómo te invitaron a participar y aunque, al principio, yo no mostré interés por estas fechas, porque en este mismo mes, pasan otros sucesos más importantes, con el tiempo, también esta fecha se hizo especial, gracias a tenerlo por escrito, porque me lo escribiste tú.

17 años después, yo aún le tengo cariño a aquel hecho, porque sólo tú te has molestado en que me sintiese especial. Claro que te echo de menos, ni antes ni después, ha habido alguien como tú, María Tengoku, de corazón que deseo que seas muy feliz, que Dios te bendiga y guarde.

Dios te bendiga

A pesar de mi confianza en Dios, a pesar de mis oraciones, de mis esfuerzos, no pudo ser. Allí estabas tú. Y ya estaba avisado de que estuvi...