Tontos algoritmos de Facebook, que no sabéis nada de la vida real. Me proponéis la amistad de una persona que no quiere saber de mí, a quien no le importo y que, incluso, seguramente, ya me haya olvidado, tras haberme apartado de su vida. Tontos algoritmos de Facebook, malditos algoritmos de Facebook.
Y en este mismo día en el que los tontos algoritmos de Facebook, que no saben nada de lo dura y cruda que es la realidad de la vida, y por Instagram, aunque sea sólo virtualmente, he podido volver a verte, después de no sé cuánto tiempo.
Tienes buena cara, tienes buen aspecto. Quizá un poco de tristeza en tus ojos, pero tus labios tratan de mostrar una sonrisa. Sólo te muestras en fotos cuando estás muy mal o cuando estás bien, y creo que me decanto por esto segundo. Creo que sí, espero que sí, confío en que sí, en que tú estés bien, en que te vaya bien, en que lo pases bien. Ojalá que así sea, porque eso es lo que deseo yo para ti, ya que ni tan siquiera te lo puedo decir.
Que tengas un estupendo nuevo mes, María, que te vaya todo aún mejor que en este. Que Dios os guarde a todos los tuyos y a ti, bendita seas siempre, María.